Los días 7 y 8 de septiembre, Ayquina, un precioso poblado ubicado en una quebrada a 74 kms. al noreste de Calama, se llena de música y color. Estos días recibe a más de 35 mil personas para celebrar a la Virgen de Guadalupe, en la segunda fiesta del norte grande en rango de importancia y grandeza, luego de la Tirana. Ambas se originan en el cruce de lo pagano con lo cristiano, es decir, una mezcla de las creencias andinas con la religión católica inculcada por los conquistadores españoles.
La celebración contiene emoción y mucha pomposidad, característica que le dan sus Bailes Religiosos: Sambos Caporales, Diabladas, Tinkus, entre otros., utilizando música andina en vivo de las Bandas de Bronce.
La fiesta
La celebración parte con la “Fiesta del Fuego y la Luz”, acción que se desarrolla en el Calvario. En que el pueblo, los bailes y los miles de peregrinos esperan junto a la Virgen que se encienda una monumental fogata para quemar el pasado, y pedir que lo que sea que tenga que venir sea bueno.
Luego se baja en procesión y la virgen espera en la iglesia a puertas cerradas a sus peregrinos. El sacerdote del santuario golpea y pregunta a viva voz: -“Madre ¿estás dispuesta a recibirnos en tu Santuario?”. Y la Virgen responde siempre abriendo la puerta y saliendo en andas de los fieles, hasta el atrio: -“¡Ella dijo que sí!”, exclama el párroco. Ahí viene un jolgorio que dura hasta el 9 de septiembre. Para saludarla sirven sombreros y pañuelos, los que se elevan en el aire.
En este santuario, el carnaval religioso es de silencio y recogimiento. Luego la música y danzas que no se detienen. Las miles de personas llegan hasta sus pies y con una reverencia agradecen los favores
Esta quema simbólica del pasado, es claramente un acto penitencial, que el creyente mismo ha ido perfeccionando. La subida al Calvario es para expiar los errores. Luego, al volver al templo, ellos quieren saber si la Virgen les perdonó, si aceptó el compromiso de los devotos de cambiar sus corazones de piedra por otros de carne.
Las Bandas de Bronce, son grupos de músico que utilizan instrumentos de percusión y vientos autóctonos, generando melodías que solo se escuchan en este sector. El sonido del bombo no se detiene y este da el inicio o término de la celebración. El 7 de septiembre a la medianoche se espera el cumpleaños de Guadalupe, el que es acompañado de fuegos artificiales y los bailes que no descansan hasta las 11 de la mañana del 8. En esta jornada, se realiza la tradicional eucaristía y luego una procesión que recorre todo el poblado. El 9 de septiembre todos los devotos se despiden, esperando que su “Chinita” los cuide durante todo el año que se avecina.
Leyenda de la Virgen Guadalupe de Ayquina
Se cuenta que el niño pastor, Casimiro Saire, se encargaba del cuidado diario de los animales de la familia. Los llevaba a beber agua a la orilla del río Salado y los hacía caminar por las quebradas. Pero una situación particular lo hizo cambiar su atención. Se empezó a encontrar con una mujercita, con un bebé en sus brazos, la que lo invitaba a conversar todas las tardes. La dulce señora, le contaba muchas historias, lo que generó que este niño empezara a llevar a sus hermanos y amigos a aquellos encuentros.
Los adultos del poblado observaron que los niños estaban actuando muy raro y al preguntarles, escépticos no creyeron tal cosa. “¿Una mujer con un bebé en medio de la nada?, se preguntaron los pobladores”, explicó uno de los descendientes de Casimiro Saire. Los padres preocupados llegaron hasta el lugar y se encontraron con un bulto. En su interior, la imagen de una virgen, apoyada en una piedra. Desde ese momento, se generó un fervor religioso que se mantiene hasta nuestros días.
Santuario en honor a la virgen.
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